viernes, 26 de septiembre de 2008

Grupo 5 : ¿Qué es la cárcel?

La vida en prisión (notas)
¿Qué es la cárcel?

Blas López-Angulo
Rebelión

Fuente Web: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=15908


Análisis Critico de grupo 5:

La cárcel no es un agente resocializador, es una institución de castigo y represión.

"Si me preguntaran qué es la cárcel os respondería sin dudar que es el basurero de un proyecto socio-económico determinado, al cual arrojan todas aquellas personas que molestan dentro de la sociedad: por eso la cárcel alberga principalmente pobres..."(Xosé Tarrío), a la clase social mas explotada. Veremos muy pocos burgueses y empresarios en las cárceles, por no decir ninguno, y menos aún veremos a plutócratas de la alta burguesía. Estos no delinquen porque la ley, el Derecho, no castiga la explotación social sino que la protege.

Si queremos analizar críticamente el modelo carcelario debemos partir primeramente por el estudio de la estructura política que le manda y sostiene, ósea, el Estado y, a su vez, estudiar una parte importante del arma en la cual se valida el estado, esto es, el derecho. Pero para entender lo que realmente es el sistema carcelario debemos sumergirnos en la tortura que viven los presos políticos también denominados “antisociales o delincuentes comunes”, los cuales son condenados a condiciones de tortura tanto física como psicológica de toda índole para que sirva de castigo a quien haya puesto en peligro el orden capitalista y de paso, sirva de escarmiento a quienes lo quieran intentar.

La estructura y las relaciones carcelarias lo que buscan es inculcar en la población pobre la sumisión al orden establecido, la obediencia del servilismo al Estado, a las empresas y a los ricos, mas profundamente, crear un ser alienado, enraizarle el terror afectivo, psicológico y material al castigo inevitable de la desobediencia: la cárcel . Es tan fuerte el peso de esta fuerza que los individuos podemos terminar obedeciendo de forma cómoda las condiciones de vida miserable que nos impone la ley burguesa.

Es en este contexto donde se puede entender el rechazo de las personas a las manifestaciones y a organizarse para construir su propia vida o mirar al piso cuando se encuentra con un grupo de familiares y conocidos protestando para la liberación de algún caído a la cárcel.

En definitiva para entender el sistema carcelario debemos primero entender que es el Estado y sus intereses, el derecho, los sistemas represivos y la violencia opresora, en definitiva, todo lo relacionado con la explotación social y con los mecanismos que ésta exige y conlleva. Además del contraste con la vida material y la experiencia diaria de tortura de los que sufren dentro de las cárceles como los que viven con miedo a luchar por miedo a caer en una de estas instituciones del Estado.


2 comentarios:

  1. Comentario Grupo 18


    La institucionalización de la cárcel supone el primer paso para una sociedad de control moderna. En este sentido, desde la revolución industrial la cárcel y el manicomio se convirtieron en los sitios en donde se encerraba lo que no se podía controlar, lo mismos jueces fuern los encargados de buscar nuevas alternativas, en palabras Foucault;“La condición "humana" de los delincuentes se ha de hacer respetar con el abandono de métodos de castigo que impliquen el suplicio símbolo de barbarie. La "humanidad" ha de ser la "medida" que de pie al camino de la benignidad dentro del aparato judicial”

    Los reformadores critican la mala distribución del poder jurídico que lleva a sentenciar arbitrariedades, exceso de poder tanto de los jueces como del soberano que puede suspender el curso de la justicia, distribuir, modificar decisiones, etc. Un sobrepoder monárquico que identifica el derecho de castigar con el poder personal del rey, unos magistrados propietarios de sus cargos, indóciles llevan a conflictos de poder y jurisdicción, unas veces indulgente e insegura, otras precipitada y severa. El verdadero objetivo de la reforma no es tanto fundar un nuevo derecho de castigar a partir de principios más equitativos, sino establecer una nueva "economía" del poder de castigar, mejor distribución de este poder.

    El autor del artículo se basa en cinco puntos para desarrollar su tesis de la cárcel como aparato de control:

    1)La única literatura (sobre Sociología de la cárcel) existente en los pasados decenios ha sido la Revista de Estudios Penitenciarios del Ministerio de Justicia, discurso del llamado "penitenciarismo oficial"

    2)Teorías sociales del etiquetaje

    3)Prácticas judiciales y policiales en apariencia más neutras y rutinarias pero que tienen en cuenta la etnia y clase social.

    4)Alternativas a la cárcel.

    5)Sobre el sistema penal, que no es tal sistema.


    Cuando nuestros compañeros mencionan que “La estructura y las relaciones carcelarias lo que buscan es inculcar en la población pobre la sumisión al orden establecido, la obediencia del servilismo al Estado, a las empresas y a los ricos, mas profundamente, crear un ser alienado”, están
    apuntando hacia un aspecto primordial de la cárcel. El hecho de que cada vez haya más criminales no es, como se creería, resultado de la pobreza económica y/o una falla del sistema. Por el contrario, el sistema en el cual estamos inmersos necesita de ese ejercito de criminales, porque de ese modo y por un efecto paradojal se legitimiza el uso de la violencia específica sobre las revueltas populares y se logra el apoyo de la gente más humilde acerca del control violento de las masas y los crímenes, puesto que son estas personas las mas afectadas por dichas acciones. Cuando se comparan estos cinco puntos es posible concluir que el modelo carcelario, incluido el sistema penal y sus normativas, en realidad son parte del problema y no su solución. El panóptico Foucaultiano reviste la posibilidad de que ese “vigilar y castigar” no sea más que la negra y podrida concepción del orden del podroso. “La prisión de presenta como una pena más, no como la forma general de castigo. Es el castigo específico de los que atentan contra la libertad del individuo (rapto). Deben cumplirse otras penas como el trabajo forzado. La cárcel es criticada por los reformadores, porque es incapaz de responder a las especificadas de los delitos; es también inútil y costosa a la sociedad: mantiene ociosos a los criminales multiplicando sus vicios”

    La cárcel, las penas, las leyes no son una solución a ningún problema sino son parte de lo mismo, están ahí y fueron creadas para que el crimen se organice de cierta manera que en apariencia “justifique” el accionar de aparato represor del estado, legitimado a los ojos de las clases populares que reclaman medidas mas estrictas al verse ellos damnificados en primer lugar e impidiendo así todo tipo de posibilidad de organización revolucionaria.




    M. FOUCAULT
    Una visión crítica de la civilización europea.
    Protesta generalizada contra los suplicios. 2ª mitad del s. XVIII
    Necesidad de Castigar sin Suplicios

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  2. Comentario grupo 8:

    “Si queremos analizar críticamente el modelo carcelario debemos partir primeramente por el estudio de la estructura política que le manda y sostiene, ósea, el Estado y, a su vez, estudiar una parte importante del arma en la cual se valida el estado, esto es, el derecho.”

    Leyendo y analizando el artículo mencionado y comparándolo con el análisis realizado por los compañeros, podemos señalar lo siguiente:

    1)Que el enfoque es acertado, respecto a la responsabilidad del Estado y el Derecho en cuanto institución y normas legales, responsables del funcionamiento administrativo de las cárceles como de su control.

    2)Pero lo que no señalan críticamente y que se desprende del propio articulo son los estudios científico respecto de los delitos, sobre el sistema penal, las alternativas de cumplir las penas, las practicas elitistas judiciales y policiales, la función represora de la cárcel, etc.

    3)Se critica reiteradamente respecto de quienes se ven perjudicados por los delitos (los ricos), pero no se explica con claridad las causas por las cuales se originan los delitos, como son las desigualdades sociales, las injusticias de la distribución de las ganancias, las normas legales, etc.

    Por todo ello agregaríamos lo siguiente al Análisis Critico:

    a)La literatura existente respecto a las cárceles es la que emana de los propias instituciones penitenciarias, que enmarcadas en su propia normativa no pasan de ser resúmenes anuales de sus propias actividades, sin ningún sentido crítico. La academia no respalda estos artículos.
    b)Las teorías sociales se han referido respecto de delito y delincuente, como teoría de conductas desviadas; desconociendo que son dos categorías construidas desde la óptica del poder, que manifestado en sus diferentes eslabones se categoriza desde la intelectualidad, pasando por la tipificación de los delitos a través de las leyes, los formatos de las diversas cárceles; los reglamentos que regulan los diversos tipos de cárceles, los manuales de comportamiento de los internos, etc.
    c)La falta de neutralidad, elitismo y clasismo tanto en la administración de justicia como en la interpretación de las leyes, a través de todo el aparataje judicial especialmente de los Jueces, que tienden a perjudicar a los menos letrados, prejuiciados por su falta de educación dominante, por anormales u otro tipo de segregación intelectual.
    d)La función represora de la cárcel, es parte del modelo concebido por el poder, en cuanto a considerar que esta actividad moldeara las conciencias de los reclusos, a través del modelo psicológico: estimulo/conducta deseada; especulando que el estimulo “libertad” sea suficiente para obtener una conducta “portarse bien”.
    e)El poder y el capital, en sus diversas manifestaciones imponen un estilo de vida acorde a las expectativas de ganancia de sus inversiones; por tanto las desigualdades económicas, la problemática laboral, la sobreexplotación física y mental de los trabajadores, la nula distribución o participación de ganancias son factores que están consideradosne en sus costos, pero no los consideran como parte de su responsabilidad social. Por ello cuando un sector de la población cae en la práctica de delitos, inmediatamente estas responsabilidades sociales recaen en el Estado; y no, en los empresariados que son los generadores de dichas desigualdades sociales y se exige que el Estado responda.

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