lunes, 29 de septiembre de 2008

Grupo 9: "La OPS busca erradicar manicomios para resocializar mejor a los enfermos mentales "

La OPS busca erradicar manicomios para resocializar mejor a los enfermos mentales



Fuente Web: http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0195/articulo.php?art=2764&ed=0195


Análisis critico de grupo 9:


En los procesos de socialización primaria de los individuos, existe una situación excepcional respecto a los procesos que en el sujeto operan, esto es, el caso de aquellos que padecen algún tipo de trastorno mental el que, según las premisas de la medicina moderna, más especialmente la psiquiatría, consideran como desviados.


En cuanto a los casos considerados como “extremos”, las medidas de control sobre estos “desviados” suelen terminar con el simple encierro de estos sujetos, confinados a la institución que constituye la quintaesencia de la segregación de quienes escapen a los cánones de la razón, el manicomnio. Es aquí en donde se puede apreciar más claramente el castigo de los cuerpos; aquellos quienes son considerados ajenos al sistema racional instrumental son simplemente eliminados de las dinámicas sociales.


No obstante la justificación oficial apunta a solucionar un problema de adaptación (sanar o controlar la enfermedad, según el argumento medico), en la práctica esta acción constituye el principal obstáculo para una efectiva resocialización del individuo. El estigma sobre quienes han permanecido recluidos en una institución psiquiatrica es quizás una de las mas persistentes en la sociedad, asumiendo de esta manera que el proceso de reinserción se dificulta ya desde el momento en que la sociedad en su conjunto no concibe a los enfermos mentales como parte del grupo, como parte del “nosotros”. El hospital psiquiátrico no cumple función distinta más que el reafirmar una condición de marginalidad en el sujeto afectado.


También, debemos entender que los procesos económicos de alguna u otra manera afectan a la sociedad en general y por tanto a los individuos que habitan en ella, en ese sentido la visión de que los sujetos están provistos de fuerza de trabajo y con ello comprendidos como productores de materias mediante la venta de esta fuerza nos hace pensar que aquellos que no puedan aportar a los sistemas productivos van a ser excluidos. Este es el caso de lisiados, gente con deformidades, y también, aquellos que la psiquiatría los ha denominado “enfermos”.

Sin embargo, la condición de enfermo psiquiátrico hoy por hoy ha sido sobre estigmatizada, ya que desde lo cotidiano se busca estar alejado de “el loco” que “eventualmente podría hacer algo” que iría en desmedro de el cause común de la vida de los “normales”. Así todos esperan que estos sujetos estigmatizados generen acciones con connotación destructiva y que por tanto, sea improductiva.


La realidad construida desde la forma sistémica del funcionamiento de las relaciones de poder, relegan a los enfermos mentales a centros de reclusión privados de libertad, centros, en los que se les expropia de manera socialmente legal, la posibilidad de interactuar, se les coarta, igualmente, la posibilidad de ejercer poder sobre si mismos, y aunque médicamente, muchos de estos individuos se ven imposibilitados de ejercer este poder, la solución a la mayoría de los casos es un tratamiento solo medico, tratamientos que carecen de una solución integra pues también aspectos psicológicos y sociales de la enfermedad del individuo juegan un rol determinante a la hora de integrar de manera practica y eficiente a estos individuos. Sin embargo, la realidad de los enfermos mentales ha sido maniobrada deficientemente por la mayoría de los países, no obstante en las ultimas décadas esta situación a tomado un rumbo distinto, en el que se ha llevado a implementar políticas de integración, que incluyen el cierre de estos recintos de reclusión, pero aun quedan muchos aspectos, que en una sociedad altamente estigmatizadora y una medicalizacion carente de interdisciplinariedad hacen que los procesos de resocialización de los individuos que han experimentado la reclusión en alguno de los centros psiquiátricos, sea altamente difícil y que dada la etiquetacion/estigmatización de este grupo, la falla en los tratamientos sea altamente real en las cifras.








1 comentario:

  1. Los procesos de sociabilización no ocurren u ocurren en menor medida en las personas con trastornos mentales. los trastornos mentales son estigmatizados desde hace ya varios siglos por las sociedades, rematémonos en la edad media al "barco de los locos" el cual era conocido por llevarse a los enfermos mentales de las ciudades y dejarlas libres de estos, los cuales eran considerados un estorbo social.

    Hoy en día el panorama no ha cambiado del todo, aun existen centros médicos especializados en trastornos mentales, la diferencia es que cuentan con equipos médicos especializados en el tema.
    El proceso de socialización que tienen estos individuos va más allá de cerrar los centros mentales. Estas personas son carentes de afecto y de ka realidad y cualquier proceso de socialización será en vano por el hecho de que no saben ni respetan las leyes sociales. No por esto se les debe dejar de lado, sino que se deben atender a sus necesidades. Es por eso que no se deben cerrar estos centros, ya que se dejan en la completa soledad y desamparo, sin apoyo profesional y medico que tanto necesitan estas personas.

    Los enfermos mentales necesitan del apoyo social, pero se debe tomar en cuenta que a veces, dependiendo del caso, son un peligro para la sociedad y pueden considerarse no aptos para estar sueltos en las calles.
    Su proceso de integración debe hacer apoyado por medicamentos y un lugar donde reciban constante apoyo, pero no deben quedar solos y delegar su enfermedad a la sociedad en si.

    creemos que con esta medida se desligan de este problema que afecta a parte de la sociedad y a las personas que lo padecen, provocando caos tanto para las personas sanas como para aquellos que sufren trastornos mentales, ya que nadie responderá por ellos y su discriminación serás peor.
    La solución es apoyar económicamente y moralmente a estos centros de integración, además de invertir en ellos para mejorar la infraestructura que utilizan para poder vivir en la sociedad, eso si, a su manera.

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